Ya van dos semanas de
salidas a terreno y creo que es tiempo de contar un poco sobre lo que hago por
esta región.
Aún no conozco mi
título exacto, pero debe ser algo así como consultor en educación. Es más fácil
describir mis funciones que descubrir el título de mi puesto de trabajo. Lo sabré con seguridad cuando mi supervisora nos visite nuevamente. Por
ahora me encargo de visitar todas las comunidades donde hay un programa de
alfabetización para adultos auspiciado por Project Concern International (PCI),
la organización para la cual trabajo. En un principio visitaría algo así como
quince comunidades; no obstante, como muchas cosas en Liberia, la información no era precisa. En total son más de treinta comunidades y los horarios de
clases difieren bastante de lo que se me dijo al comienzo.
Bienvenida en una de las comunidades |
Al llegar a la
comunidad todos los niños e incluso algunos adultos me saludan por mi segundo
nombre, qüi plu que significa “blanco”
o “civilizado” lo cual es extraño para mí que soy más bien moreno y ni tan civilizado. Me reúno con
los encargados de dictar las clases y charlamos brevemente sobre sus horarios,
cantidad de alumnos, sentimientos sobre lo que están haciendo, entre otras
cosas. También observo sus clases y cómo interactúan con sus estudiantes. Todo
eso para poder redactar un informe y sacar mis propias conclusiones sobre si el
proyecto se ha estado llevando a cabo correctamente y determinar qué medidas tomaré
para sacar el mejor provecho de los recursos entregados a las comunidades. Por
ahora, eso es lo que hago.
Profesora de adultos y niños |
Si bien durante estas
dos semanas mis obligaciones no han sido del todo complicadas, hay otros
inconvenientes con los que lidiar diariamente.
A pesar de que aprendí
a conducir una motocicleta, aún no me asignan una para mí solo. Por lo tanto,
debo hacer de pasajero todos los días. Desearía poder relajarme y observar el
paisaje mientras pasan las horas, pero así no son las cosas. En todo momento
debo ir muy atento a los gigantescos baches para mantenerme en el asiento y no
salir volando hacia un costado. Este simple ejercicio involucra mucho trabajo
abdominal y lo sé porque al final de la jornada me duele muchísimo esta zona. Hasta tal
vez funcione mejor que los Abdominales en
8 minutos que se pueden encontrar en Youtube.
Veré los resultados con más certeza al final de mi tiempo en Liberia.
Llegar a estas
comunidades es quizás lo más difícil del trabajo. Después de la larga guerra civil
de Liberia, los caminos quedaron destruidos. Si a ello le agregamos el factor
lluvia, muchas cosas interesantes y peligrosas pueden suceder.
Al pasar por uno de los caminos, no pude evitar recordar el programa Rutas
Mortales trasmitido por History
Channel. Nos encontramos con un camión muy cargado que al tratar de pasar
por un montón de barro quedó atrapado. Tampoco es que haya muchas otras vías
por donde transitar, las rutas alternativas son escasas o nulas. Por mi cuenta, me
bajé de la motocicleta para que mi compañero pudiera cruzar sin problemas, y también
porque no quería caerme en el barro, y me dediqué a sacar algunas fotos de la
divertida situación mientras cruzaba caminando.
Camión con un pequeño problema en el camino |
Después de un buen par
de horas de viaje y haber pasado por cuenta comunidad encontramos a lo largo de
nuestro camino, por fin llegamos a nuestro destino. Conocimos a Washington quien
recién está comenzando con el proyecto y le hicimos las preguntas correspondientes.
Por primera vez en el viaje tuve la posibilidad de ver la hora y como si mi
estómago estuviera sincronizado con mis ojos, me dio hambre. Creo que
Washington y su familia vieron mi cara de hambre porque inmediatamente fueron a
buscar dos ramos de aproximadamente diez plátanos cada uno. Tomé uno
rápidamente y guardé el resto para el viaje. Muy agradecido por tan exquisito
regalo, me despedí y les aseguré que verían a este qüi plu nuevamente.
Niñas manteniendo su escuela en orden |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario